Ya se encuentran los titulares casi preparados para la celebración del Triduo, a falta de la labor de floristería. La Santísima Virgen ha sido dispuesta en un altar de cultos totalmente diferente a lo que hasta ahora ha sido frecuente. Luce manto de camarin bordado, saya de brocado de oro, y corona de salida. El Santo Cristo en cambio permanece en su ubicación habitual, si bien ha sido exornada la capilla de forma diferente.